En esta amarga noche
de profunda oscuridad
mi único anhelo es que
alguien, en algún lugar,
escuche mi suplica.
Debe ser alguien
que de alguna forma
pueda susurrarte al oído
y convencerte de que
mi amor es sincero.
Mi suplica,
mi única petición,
es que me mires,
que me toques,
que me beses.
Que me mires
con esos ojos en el alma
que aún no te han sido dados.
Que me toques
con todas esa letras
que aún no me has escrito,
que te guardas, de la forma egoísta
que sólo tu dominas.
Que me beses
con el rigor de tu deseo acumulado,
con el peso de las horas
que me mantuviste alejada de ti.
Mi suplica hoy
es que te den
lo que te falta,
lo que te falta
para mirar dentro
de este triste corazón,
para romper esta coraza
que tu mismo construiste
con tu preciada indiferencia
que me guardo
como si fuera
mi más grande tesoro...