viernes, 4 de diciembre de 2015

Dualidad

Tan sutil de a ratos,
bastante ruda cuando me lo propongo...
A veces fría, como si el invierno
hubiera tomado forma humana,
cálida como el verano...

Dualidad...
Me incitas a ser dos chicas diferentes,
me moldeas, me formas, me deformas,
soy arcilla entre tus manos...

Si me reprimes, me revelo
Si me liberas, a ti vuelvo,
de la misma forma en que las olas del mar regresan a la orilla una y otra vez...

Si por casualidad te vuelves tempano de hielo, por casualidad me volveré antorcha para aliviarte el frío, para hacerte volver, para mantener el balance.

Si te reinará la inquietud, me volvería tranquilidad, me acurrucaría en tu pecho, y mis brazos se encargarían de regresarte a la calma...

Si en ti hubiera tempestad, sin dudarlo,
me volvería tu refugio, te recibiría aquí,
a mi lado, recibiría tus penas, te daría consuelo...

Sólo deberás formarme a tu manera, moldearme a tu modo y seré lo que quieras que sea...

lunes, 23 de noviembre de 2015

Entonces

Y entonces, sólo entonces,
cuando, a las dos de la mañana,
te lloro al filo de la cama,
cuando recuerdo, de sorpresa,
tu mano con la mía,
cuando un disco completo me habla de ti,
cuando los ojos,
estos ojos que se arrepienten
de haberte mirado a los ojos y haber callado,
me gritan el dolor que genera
tu mórbida ausencia en el interior...

Sólo entonces, ahí, cuando pierdo la razón,
cuando nada me gobierna,
cuando vuelvo a ser primitiva,
sólo entonces,
te odio.

Entonces es ahí, donde quisiera pedirte
que, de forma inminente y pronta,
mueras.
Por mi bien, por el tuyo, por el de ambos.

O quisiera al menos, poder pedirte
que terminaras de morir en mí,
porque, corazón,
ya casi te mueres,
aquí, donde me prometí que nunca morirías.

Entonces, cuando la razón me clama tu muerte,
el corazón me implora que te perdone la vida,
aunque seas puñal,
aunque seas veneno al alma

Es este corazón el que me pide,
me implora, que te salve.
Por ti, por mí, por ambos.

Pero, ¿cómo salvas a alguien que no quieres ser salvado?
No se puede.
Es nadar contra corriente.
Es como saltar esperando que te detengan.

Entonces, ahí en donde te odio,
quisiera pedirte que te perdieras,
pero ya estás perdido.
Te he perdido.

Entonces, cuando ante mí surgen
los mares de mi insensible imaginación,
cuando te concibo con ella
(porque, aunque no lo digas,
aunque te calles, sé bien que ella está),
me gustaría implorarte,
no me dejes...

Es entonces, donde percibo,
cruda mi verdad,
que nunca me dejarás,
porque nunca has sido mío,
siempre de otra, jamás de mí,
que nunca te salvaré,
porque no quieres que nadie te salve,
que nunca morirás, porque, tal vez, en el fondo,
has muerto,
que nunca estarás conmigo,
porque yo sólo suplo
a aquella con la que tu corazón está...

sábado, 7 de noviembre de 2015

Universo Paralelo

Me despierto en mitad de la noche, corazón
y me busco el corazón.
No lo tengo, no está.
Y recuerdo donde está.
En lugar de estar aquí, a mi lado,
está allá, contigo, velandote el bendito sueño.
Dichoso él, porque puede estar a tu lado
sin necesidad de estarlo.

Me levanto de la cama,
corro al espejo,
me miro, me observo,
me analizo,
la analizo.

¿Quién es? ¿Quien soy? ¿Somos la misma?

La chica del espejo me mira.
Le pregunto si somos la misma,
me lo niega, me lo grita,
me desconoce.

La misma ropa,
el mismo cabello,
los mismos ojos, marrones, ojerosos,
la misma boca divina.
Cualquiera diría y daría su fortuna
en demostrar que somos la misma.
Pero solo es un reflejo.

Universos paralelos.

Me escanea, se escanea,
insiste, recalca las fallas.

No, no somos la misma.

Ella es mi universo paralelo,
ella es yo, pero hace unos años.
Lo veo en sus ojos, su boca me lo grita,
las uñas lo declaran,
el pelo lo reafirma.

Le veo la esperanza del primer amor en la boca.
Los ojos desbordan inocencia,
las manos me dictan de su ansiedad,
su cabello... su virginidad.

Ella es yo, pero antes de conocerte.

Me pregunta ¿porqué?
¿Porqué qué?

Me pide explicaciones acerca de porque,
de forma voluntariamente aceptada,
me entregué a las garras del León,
a sus fauces, a su mente.
Y no respondo.

En el fondo yo también me lo pregunto.

En el fondo quiero saber como es su vida,
como es su corazón,
allá, en mi universo paralelo...

jueves, 22 de octubre de 2015

Recuérdame

Recuérdame, amor, cuando decline la tarde y el sol muera en tu ventana
de la misma forma en que murió mí amor en tus manos.
Recuérdame en las noches de insomnio, en las madrugadas de dolor,
cuando el tormento por mí olvido te consuma.
Recuérdame en las paginas de tu lectura de rutina,
cuando el eco de mis letras susurre a tu oído la pasión que fue.
Recuérdame al despertar, cuando el fantasma de mí cabello
habite tu almohada y perfume la corbata que llevarás al trabajo.
Recuérdame cuando la mujer que duerme a tu lado,
cuando cada poro de su piel, cada trazo de su rostro
te llene de insatisfacción al saber que no soy yo.
Recuérdame al otro lado del mundo,
cuando el abismo de tu soledad te consuma
y no esté yo para salvarte.
Cuando no haya nadie que se lance contigo al acantilado del amor.
Cuando alteres el orden de tu rutina.
Cuando alises el cuello de la camisa que un día deshice.
Cuando veas una melena desordenada nadar entre la gente.
Cuando viajes en el tren.
Cuando tu monotonía sea demasiado grande
y sientas que te hundes.
Recuérdame, a mí y a mí piel,
a la ansiedad que te provocaba imaginar su suavidad.
Recuérdame, a mí y a mis labios, a todos los besos
que te guardaste y de los cuales me privaste por cobardía.
Recuérdame, a mí y a mis manos,
a la variedad de caricias que pudieron haber dado,
a la forma perfecta en que pudieron haber encajado con las tuyas.
Recuérdame, a mí y a mí locura,
esa que nadie ama pero que todos se mueren por tener.
Recuérdame,a mí y a toda yo,
porque sólo en mi encontraste la calma que tu vacío corazón necesitaba para poder seguir.

jueves, 8 de octubre de 2015

Suplica

En esta amarga noche
de profunda oscuridad
mi único anhelo es que
alguien, en algún lugar,
escuche mi suplica.

Debe ser alguien
que de alguna forma
pueda susurrarte al oído
y convencerte de que
mi amor es sincero.

Mi suplica,
mi única petición,
es que me mires,
que me toques,
que me beses.

Que me mires
con esos ojos en el alma
que aún no te han sido dados.

Que me toques
con todas esa letras
que aún no me has escrito,
que te guardas, de la forma egoísta
que sólo tu dominas.

Que me beses
con el rigor de tu deseo acumulado,
con el peso de las horas
que me mantuviste alejada de ti.

Mi suplica hoy
es que te den
lo que te falta,
lo que te falta
para mirar dentro
de este triste corazón,
para romper esta coraza
que tu mismo construiste
con tu preciada indiferencia
que me guardo
como si fuera
mi más grande tesoro...




domingo, 4 de octubre de 2015

Haría falta...

Ya entendí, amor, que hoy
me dijiste "adiós",
pero sé que,
tarde o temprano,
terminaras volviendo a mi.
¿Prepotencia? En lo absoluto.
Es el hecho de que te conozco
como a la palma de mi mano.

Como a la palma de mi mano,
así de bien te conozco.

Haría falta solamente su rechazo
para que tú volvieras a mi.
Haría falta sólo un momento 
de sublime debilidad
para encontrarte postrado ante mi.
Haría falta que pisaras
a tu infame orgullo,
que acribillaras a tus miedos, 
únicos culpables de mi dolor,
para que volvieras a mi
e imploraras que mirase 
al mortal parásito que se arrastra
suplicando la atención 
de la tierna rosa de vivo carmín.

Haría falta eso, 
para que, sin prejuicios, volvieras 
en plena libertad al arrullo de mis brazos.

Haría falta eso 
para que yo pudiera
tenerte una vez más.